Creatividad y Diseño vs. Fuerza Legal

21st julio 2020
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21st julio 2020 José Maria Esteva Troncoso

Una de las aventuras más atrevidas que una persona puede embarcarse es el inicio de una actividad comercial.  Por lo general, esto implica buscar socios, local y claro el desarrollo de la actividad en si misma.  Terminados los aprestos, lo lógico es buscar un nombre con el cual designar a la actividad, para lo cual se recurre a amigos publicistas, creativos,..etc.  En ese proceso se tiene como norte buscar un nombre que sea bonito y pegajoso, que guste y que a su vez de una pista de la actividad a ser desarrollada.  Es en este momento, en el que hay que hacer un alto y añadir a la formula, el ingrediente legal.  El nombre a ser elegido, debe ser original, no usado por otro y sobre todo, capaz de poder ser defendido.

 

El esfuerzo de iniciar una empresa puede verse disminuido si la misma es identificada con un nombre que cualquier persona puede usar o por un nombre que ya identifica otra empresa similar.  Analicemos dos ejemplos:

 

– María implementa la receta de los pastelitos de su abuela y abre junto a Juana, su prima, una tiendecita.  Su prima Juana que es estudiante de publicidad le dice, “estos pastelitos son tan sabrosos, que solo pueden llamarse “Pastelitos Sabrosos”.  La tienda es un éxito, se llena de gente hasta arriba y abren dos tiendas más.  Pasados unos meses, Laura a quien también su abuela le enseño a hacer los pastelitos, abre una tienda que se llama “Pastelitos sabrosos de la Abuela”.  A partir de entonces, la gente se pregunta cuales son los más sabrosos, si los Sabrosos o los Sabrosos de la Abuela.  Mientras tanto, María y Juana han gastado sus ganancias tratando de defender la propiedad de su nombre, más sin embargo, luego de agotadas todas las instancias judiciales, el veredicto es que su nombre es de uso común, que señala una calidad del producto y que a pesar de haberlo utilizado primero, el solo hecho de que Laura le agregara la frase “de la abuela”, permitía diferenciar a un nombre de otro.

 

– Pedro, junto con un cuñado de su hermana, a quien llaman Miguelón, decide iniciar un negocio de venta de cervezas en el malecón de Puerto Plata, después de varios días planeado el proyecto y reuniendo los recursos para iniciar, abre, en la terraza de la casa de Miguelón, el Centro Cervecero La Venganza.  El negocio es un éxito, un lleno completo todos los días.  Los domingos no cabe un alma.  Un buen día se aparece un alguacil y notifica una demanda por violación a derechos de propiedad industrial y reparación de daños a requerimiento del Centro de Cervezas La Venganza, con sede en la ciudad de Santo Domingo.  Pedro y Miguelón tienen que gastar cada centavo invertido en defenderse de la demanda y al final el caso concluye en un acuerdo, que incluye, entre otras cosas, derribar el letrero del negocio, comprometerse a no volver a usar el nombre y a pagar una suma de dinero al verdadero dueño del nombre.

 

En los ejemplos, los inconvenientes de María, Juana, Pedro y Miguelón pudieron haber sido evitados, si en el proceso de inicio del negocio, se hubiese hecho el alto sugerido y se hubiese tenido en cuenta el factor legal.  Una rápida consulta a la base de datos de la Oficina Nacional de la Propiedad Industrial (ONAPI) que esta disponible en la web, le pudo haber mostrado a Pedro y a Miguelón que ya existía un negocio con ese nombre.  Así mismo, una rápida consulta por parte de María y Juana a un abogado conocedor de la Propiedad Industrial, le hubiese mostrado que su inversión peligraba desde el momento de su inicio.  Moraleja:  A la hora de iniciar cualquier empresa, invertir en una imagen o explotar un negocio, consulte con un especialista en Propiedad Industrial, será una inversión sabia que rendirá múltiples frutos.